Llegaron los días sobre esta colina de desconexión total, estado vegetal y ese apagón tecnológico que tanto necesitamos de vez en cuando. Ni el adelanto de las elecciones, ni bodas reales, ni redes sociales; teléfonos en silencio y televisión apagada. Por fin!! Que gozada!
Tirada en el sofá de mi nueva terraza, escuchando el silencio, envuelta en el perfume del salitre y mirando al horizonte. Recargando pilas para un futuro que más que prometedor, en los tiempos que corren, diría, para supervivientes!
Con un mar de dudas por delante, un sin fin de temas que abordar, una ruta que trazar y un reloj en cuenta atrás…
Me despido por hoy para seguir con esta gran terapia. Hasta pronto!
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