Ella vino un día de navidad junto a su hermana, metida en una caja como si de unos zapatos se tratase. Las tres emocionadas miramos a quien ahora, no puede separarse de ella, pero que por aquel entonces no le hacía mucha gracia…
Dos años después, me mira, gira la cabecita y levanta las orejas para expresarse. Me encanta cuando estoy haciendo algo que no conoce y lo observa o cuando tengo la puerta cerrada de la habitación y la rasca con todas sus garras para que le abra. Mola cuando me estoy vistiendo y me mira como diciendo, eso no Uranita, eso te queda como el culo, o cuando se duerme conmigo y escucho su respiración.
Con lo pequeña que es, en el parque se cree todo un animal carnívoro cuando se enfrenta a todas esas razas que podrían acabar con ella con un solo soplo… Es un poco ingenua, la pobre…
También tiene días en los que se levanta con las “patas izquierdas” y decide, que hoy nadie le va a poner la correa, y que en cuanto se abra la puerta del jardín va a salir corriendo a esconderse, y aun así, cuando la vemos y nos dirigimos hacia ella pensando que estamos a punto de cogerla, parece que nos mira y piensa: “que te lo has creído!!!” y… vuelve a correr.
Claramente cuando dicen que el animal es el mejor amigo del hombre, no se si se refiere a la cantidad de fieles bestias que nos rodean, o a personajes como ella… Que es más lista que el pan!