El otro día pase más de una hora en la estación de Atocha viendo como se despedían algunos y reencontraban otros. Que divertido se me hacía imaginarme la relación de cada uno de ellos, de donde venían o a donde iban con sus maletas cargadas de sueños.
Para mi, el mejor momento es en los aeropuertos, cuando después de coger tu equipaje, te diriges por un laaargo pasillo a las puertas correderas de la salida sin saber quien te espera detrás. Pensando en salir cual personaje famoso, aclamado por todos los que esperan a cualquier viajero anónimo que me ha acompañado en el vuelo, y mirando todos los carteles que sujetan unos señores trajeados con el logo de “vacaciones todo incluido, por aqui”.
Y es que como molan los reencuentros!! Y que feas son las despedidas, pero recuerda;
“Los principios no son principios hasta que no cuestan algo”.