Aquella mantequilla enorme, la mahonesa Kraft de toda la vida y la Philadelphia parecerían no tener fin, cous cous, la leche fresca en una garrafa que seguro que se pone mala. Y por supuesto todo tipo de regalos en forma de dulce para cuidar al menor y al no tan menor, ¡¡que a mi me apasionan!!
Coca cola de vainilla, Nesquik de fresa, Oreos de cacahuete, marshmallow, chucherías, Walkers, -que no Lays- de cualquier sabor raro que no por ello original, chucherías (ah, ya lo he puesto)… muffins enormes, brownies y… Cerveza! a papa le gusta tomarse una de vez en cuando. Bien, vayamos al pasillo de las cervezas… vale, no conozco ninguna!
Nada más entrar, una explanada con verdura y fruta fresca. Vale… Mamá quería algo de aquí, pero, ¿porque sorprendentemente el melón es tan pequeño?, ¿y de este color? ¿No habíamos quedado en que todo era en formato XXL??
Es mi primer contacto con aquella “nave” alimenticia. Me acerco a la caja, con cierta inseguridad. Y ahora, ¿porque me piden las llaves del coche? Ah, llevo una tarjetita enganchada que me da promociones… (Eso es un buen avance, si…).
Para la próxima visita ya seré toda una experta!!
Os dejo con buen sabor de boca para este frio lunes de Enero…
¡Enjoy your meal!